Te ha pasado, ¿verdad?
Pones todo tu esfuerzo. Levantas tu negocio con ilusión. Publicas en redes. Abres cada día con una sonrisa…
Y sin embargo, pasan las horas, los días… y nadie compra.
O compran muy poco.
Créeme, no estás solo.
Yo también lo viví en mi primer negocio. Y lo peor de todo es que no sabía qué estaba haciendo mal. Hasta que empecé a observar, a preguntar, a escuchar… y descubrí que muchos de nosotros cometemos errores sin darnos cuenta.
Errores que alejan al cliente. Que hacen que entre, mire… y se vaya.
Hoy quiero contarte cuáles son esos errores —con ejemplos reales de Filadelfia— y cómo puedes cambiarlos desde ya. Porque a veces no es que no funcione tu negocio… es que nadie lo entiende o no lo siente suyo.
1. No explicas bien lo que vendes
📌 Puede parecer obvio… pero muchos negocios tienen nombres confusos, letreros borrosos o redes sin una sola descripción clara.
🔹 Ejemplo real:
Pasé por una tienda en el sur de Philly. Se llamaba “Luz & Color”. Pensé que era de arte. Resultó ser un local de uñas. No había cartel que lo explicara. No entré.
🎯 Preguntas para ti:
- ¿El nombre de tu negocio explica lo que haces?
- ¿Tu letrero lo deja claro?
- ¿Tus redes dicen en la primera línea qué ofreces y a quién?
2. No generas confianza
📌 Hoy en día, la gente necesita confiar antes de comprar. Y si tu local está vacío, tu página no tiene reseñas, o no muestras quién eres… cuesta más que te crean.
🔹 Ejemplo real:
Una chica vendía pasteles por Instagram. Todo se veía rico, pero no ponía su cara, ni dirección, ni número. Yo me pregunté: “¿Y si algo sale mal? ¿A quién reclamo?” No compré.
🎯 Preguntas para ti:
- ¿Tus clientes pueden ver quién está detrás del negocio?
- ¿Tienes testimonios o reseñas visibles?
- ¿Tu espacio (físico o digital) inspira confianza o dudas?
3. No conectas emocionalmente
📌 Si solo hablas de precios o promociones, te conviertes en “una más”. Pero si hablas de historias, emociones, problemas reales… conectas.
🔹 Ejemplo real:
Conocí a un barbero que empezó a contar la historia de cada cliente que atendía: “Luis vino hoy porque tiene entrevista de trabajo. Vamos a dejarlo listo para que brille.” La gente empezó a compartir sus videos. ¿Resultado? Citas llenas.
🎯 Preguntas para ti:
- ¿Estás contando historias o solo vendiendo cosas?
- ¿Tus clientes se sienten parte de algo contigo?
- ¿Qué emociones genera tu contenido?
4. No haces seguimiento
📌 Muchos clientes están interesados, pero necesitan un empujoncito.
Y si no les recuerdas que estás ahí… se olvidan.
🔹 Ejemplo real:
Fui a ver unos zapatos. Me gustaron, pero no llevaba dinero. La chica me dijo: “Si quieres, te escribo cuando estén en oferta.” Me los guardó y me envió un mensaje dos días después. ¿Sabes qué pasó? Volví y los compré.
🎯 Preguntas para ti:
- ¿Estás tomando datos de contacto de tus clientes?
- ¿Tienes un sistema para recordarles que estás ahí?
- ¿Sabes cómo dar seguimiento sin parecer insistente?
5. Tu atención al cliente no enamora
📌 A veces el problema no es el producto, es la experiencia.
🔹 Ejemplo real:
Una amiga mía fue a un restaurante nuevo. Todo lindo, la comida rica… pero la mesera parecía estar de mal humor, ni un “buenas tardes”. ¿Volvió? No. ¿Lo recomendó? Tampoco.
🎯 Preguntas para ti:
- ¿Tus clientes se sienten bienvenidos desde que entran?
- ¿Tú o tu equipo sonríen y agradecen cada compra?
- ¿Tratas a todos como si fueran tu mejor cliente?
Si no te compran, no siempre es porque tu producto esté mal.
Puede ser porque no conectas, no generas confianza, o no comunicas lo que haces con claridad.
Y lo mejor de todo es que todo eso se puede corregir.
Empieza por observar tu negocio como si fueras un cliente nuevo.
Pregúntate:
- ¿Entiendo lo que ofrecen?
- ¿Me siento bienvenido?
- ¿Confío?
- ¿Me dan ganas de volver?
Porque cuando tú te haces esas preguntas… también empiezas a encontrar las respuestas que necesitas.
Yo puedo ayudarte, ¿hablamos?